El Pilar en galleta

Esta entrada se la quiero dedicar a mi abuelo Aureliano.
El era el típico abuelito con el pelo blanco, de cara amable, discreto y con su boina negra. Lo de la boina negra siempre me llamó mucho la atención, porque no recuerdo haberlo visto nunca sin ella. De hecho, de niña, me lo imaginaba durmiendo con la boina puesta. No lo recuerdo alto, casi que lo recuerdo bajito, pero recuerdo que tenía unos ojos azules preciosos. Era algo parecido a Paco Martínez Soria, pero mejor, bueno, mejor para mí, porque era mi abuelo.
Mi abuelo nació en Fuendejalón, un pueblo de Zaragoza. De joven se marchó a trabajar a Madrid, y allí conoció a una extremeña de armas tomar que se llamaba Eusebia, con la que compartió el resto de su vida.
Me habría encantado tener los ojos azules de mi abuelo, pero en cuenta he sacado el carácter de mi abuela extremeña. Supongo que de mi abuelo Aureliano he heredado el tesón aragonés y el amor hacia esta tierra, ya mía, Zaragoza.

Hoy os traigo una galleta muy, muy especial, preparada con mucho cariño y después de muchas horas, muchos días y muchas noches "pensando en galletas".
Está sacada de una vidriera de "Vidrieras de Arte Cristacolor". Es una empresa de Zaragoza que se dedica a la fabricación y restauración de vidrieras, rosetones, faroles del Rosario de Cristal...., es impresionante.
Cuando vi su vidriera me encantó, y me fui a su tienda a pedirles permiso para hacerla en galleta.
Esta es su/mi vidriera de la Basílica de El Pilar de Zaragoza.

No os molestéis en preguntarme quién se va a comer esta galleta, es secreto.
Espero que os guste, un besico.